Financiación para empresas, pymes y autónomos

Financiación para empresas

Cuando un empresario (ya sea individual o a través de una sociedad) necesita financiación para poner en marcha un negocio, continuar con un proyecto, dotar de liquidez a la empresa…etc., se adentra en un sector (el financiero) muy complejo, en el que un planteamiento equivocado o mal dirigido a la hora de presentar la solicitud, puede generar como resultado sobrecostes tanto económicos como en tiempo invertido, o incluso la denegación de la misma por parte de la entidad financiera.

A continuación, daremos varios consejos acerca de qué se debe o no hacer a la hora de presentar una operación de financiación a cualquier departamento de riesgos.

Para ello, lo más recomendable en función a la complejidad de la misma, es disponer del asesoramiento adecuado a través de un experto que abogue y mire por nuestros intereses y los de la empresa, orientándonos sobre la forma de presentarla.

Hemos de ser conscientes que toda solicitud de financiación lleva cierto componente comercial, ya que de una forma u otra debemos saber vender nuestro proyecto a la entidad prestataria. Transmitir una imagen de orden y profesionalidad será, por tanto, el primer paso para abordar una negociación con cualquier banco y posteriormente afianzar la relación con él.

Financiación para empresas

Aspectos a tener muy en cuenta

Jamás falsear u ocultar información

Debemos tener bien presente que las entidades de crédito disponen de todas las herramientas necesarias para comprobar la veracidad de la información económico-financiera que aportamos. En todo momento debemos ser claros sobre cuál será el propósito de la inversión, del pool bancario que tiene nuestra empresa y demás obligaciones financieras.

No existe peor carta de presentación que una vez elevada la propuesta de financiación al departamento de riesgos correspondiente, surjan cuotas impagadas con otras entidades o prestamos no declarados.

Existe un banco para cada tipo de cliente

Aunque a primera vista nos parezca que todos los bancos hacen lo mismo y disponen del mismo abanico de productos, existen grandes diferencias a nivel interno en la calidad de su oferta. Hay bancos que son muy competitivos por ejemplo a nivel Renting y Leasing en relación precio/calidad del servicio, pero por otro lado en créditos y préstamos son caros, o tienen una política de riesgos excesivamente conservadora.

Actualmente, la oferta financiera se encuentra en continua evolución, siendo muy cambiante en cortos períodos de tiempo. Las entidades de crédito van adaptando su oferta y prioridades comerciales en función a la forma de obtener rentabilidad del cliente. Lo que hace un mes podía serle interesante a un banco, hoy puede no serlo.

Un claro ejemplo lo tenemos en que hace escasamente 10 años, si llevabas 1 millón de Euros a una entidad y lo depositabas en la cuenta corriente, esto les generaba importantes beneficios, sin embargo, si esta misma operación la realizas hoy, debido a la evolución de tipos de interés en negativo, dicha entidad estaría perdiendo dinero contigo como cliente.

Por tanto, para obtener los mejores resultados, se debe estar muy al día sobre cuáles son las prioridades comerciales del mercado financiero en cada momento.

Rodéate de empleados de banca eficientes

No existen bancos malos ni buenos. Existen empleados poco competentes o, por el contrario, empleados excelentemente eficientes.

El empleado que nos atiende cuando vamos a solicitar financiación, será el encargado de montar toda la operación y enviarla al departamento de riesgos. En el informe que redacte, deberá exponer, no sólo datos objetivos como pueden ser la cuenta de resultados, balances …etc., sino valoraciones y opiniones más subjetivas que pueden ayudar a que la operación salga con éxito. Elevar una propuesta de financiación al departamento de riesgos lo podemos considerar como una pequeña obra musical, en la que la armonía de todos los instrumentos prima por encima de todo y el jefe de orquesta será el empleado que interactúe con el cliente y el departamento de riesgos.

Sigue una estrategia

Solicitar financiación consiste básicamente en conseguir que la entidad bancaria crea en tu proyecto. Independientemente del propósito del mismo, hemos de tener la capacidad de transmitir la información, para que consideren que el dinero que nos van a prestar, lo vamos a rentabilizar y devolver en el tiempo y la forma pactados. De hecho, la primera cuestión que nos plantearán es saber cuál será el propósito de la inversión, para posteriormente, justificarlo.

Por tanto, será muy recomendable la redacción de un argumentario en el que se realice una exposición completa sobre la actividad que desarrolla la empresa, las garantías que se aportan a la operación, experiencia en el sector, el destino de los fondos, el retorno esperado de la inversión a realizar…etc. 

Dicho argumentario, acompañado de toda la documentación necesaria para su estudio, acortará sensiblemente los plazos de respuesta y servirá para aclarar al analista cualquier duda que le pueda surgir a la hora de sancionar.

Comprende cómo funciona el Scoring

La era de la digitalización y el ahorro de costes dentro del sector financiero ha generado importantes avances agilizando procesos y modernizando un ya obsoleto sistema de Scoring, que necesitaba ser actualizado desde años atrás. 

Podemos definirlo como el software que ayuda al analista de riesgos en la toma de decisiones.

Actualmente, esta aplicación va mucho más allá realizando un análisis automatizado de cada cliente, teniendo en cuenta muchos más parámetros que anteriormente no tenia, e incluso poniendo a disposición de dichos clientes préstamos y financiación de todo tipo en forma de preconcesión, es decir, sin pasar ningún filtro adicional. Además, cuando el empleado de banca introduce los datos económicos en el sistema, el Scoring permite incluso dejar en facultades de la oficina la aprobación o denegación de la operación, sin necesidad de que pase al departamento de riesgos para ser estudiada.

Finánciate adecuadamente

Tan importante como los anteriores consejos que venimos dando, es tener adecuadamente estructurada tu deuda con bancos y acreedores. Parece muy obvio, pero nos hemos encontrado con multitud de compañías que, aun siendo rentables, tienen problemas de estrés de tesorería y acceso a la financiación por no haber elegido los productos financieros adecuados, ajustándolos a su actividad. Cuando un analista de riesgos se percata de este tipo de deficiencias, las primeras sensaciones que percibe son desorden y posibles complicaciones a futuro, aumentando éstas, las probabilidades de denegación del préstamo.

Asimismo, debemos saber que existe un producto financiero para cada tipo de inversión, y hemos de hacer por conocer todos los propósitos y particularidades de cada uno de ellos.

Financiación para empresas

Los más utilizados

Préstamos

Se trata de financiación a medio – largo plazo que tiene como target un amplio abanico de proyectos. Actualmente puede resultar muy interesante solicitarlos a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) o del Banco Europeo de Inversiones (BEI) ya que normalmente ofrecen tipos de interés muy competitivos y el riesgo de la operación se reparte entre la entidad financiera y ellos.

Créditos

Hablamos de financiación a corto plazo (menos de 1 año), aunque realmente existe mucha variedad dentro de los mismos. Normalmente, el uso de los créditos, es destinado para controlar posibles desfases de tesorería que puedan ir surgiendo en el día a día de una empresa. Suelen utilizarse, por tanto, para el pago a proveedores cuando cobramos a 30, 60, 90 días. Las líneas de crédito son el subproducto más utilizado y no debemos de incurrir en el error de utilizarlas para financiar a largo plazo (más de 1 año), o de tenerlas dispuestas en su totalidad de forma constante.

Descuento comercial

Financiación a corto plazo (30,60,90 y 120 días) que engloba diversos tipos de efectos como pueden ser pagarés, facturas y letras de cambio. La entidad anticipa el pago de los mismos, cobrando una comisión por ello. En este caso el banco no asume el riesgo de impago por parte del deudor, obligando a su cliente a pagar los gastos que pudieran generarse en caso de que se produjera una devolución del efecto.

El Leasing (o arrendamiento financiero) y el Renting

Son alquileres o arrendamientos normalmente a largo plazo, que permiten a la empresa explotar bienes muebles o inmuebles a cambio de una cuota mensual, que a su vez se la pueden deducir como gasto. Esta figura financiera puede resultar muy útil cuando se necesita adquirir cualquier tipo de bien que quede sujeto a obsolescencia y deba ser renovado con cierta periodicidad.

También puede ser interesante adquirir bienes inmuebles a través del Leasing ya que éste no consume CIRBE y puedes ir periodificando el pago del IVA en cada cuota, lo que supone ciertos beneficios fiscales para tu empresa. En este caso es la sociedad de Leasing la que compra el bien, y al finalizar tus obligaciones con ella, transfieren la titularidad del inmueble a tu compañía, coincidiendo con el pago de la última cuota.

Factoring y Confirming

El Factoring y el Confirming son instrumentos financieros que sirven para cobrar o pagar facturas antes de que venzan. Existen significativas diferencias entre el descuento comercial y, por ejemplo, el Factoring que abordaremos de forma más detallada en siguientes artículos. Las principales diferencias son que, en el primer caso, el anticipo únicamente es sobre facturas pendientes de cobro y además te permite anticipar una parte de la misma, al contrario que en descuento que deberá hacerse por la totalidad del efecto. Luego, a nivel departamento de riesgos, el análisis para la concesión de esta vía de financiación en este caso es totalmente diferente al que pueda llevarse a cabo en el caso de la cartera comercial ya que, dependiendo de la modalidad, la entidad financiera se encargará incluso de las gestiones pertinentes para el cobro en caso de impago, siendo ella la responsable final.

En cualquiera de los casos, como comentábamos, es de vital importancia conocer todo el abanico de productos financieros existentes y sus pormenores, para adaptarlo adecuadamente a las necesidades del día a día en tu compañía, ya que una adecuada gestión de los mismos supondrá que tu empresa disponga de una saneada estructura financiera.

Financiación para empresas en momentos de crisis

Parecía que el mundo terminaba de recuperarse por completo de la crisis de liquidez sufrida en 2.008, cuando repentinamente surge una nueva provocada por COVID19, que genera un nuevo parón en la economía, incertidumbre en los mercados y caos sobre todo dentro de las empresas que trabajan de forma directa o indirecta en los sectores más castigados o vulnerables.

Si comparamos ambas crisis y analizamos detenidamente los detonantes y consecuencias de cada una de ellas, podemos encontrar similitudes, pero también importantes diferencias que nos llevan a pensar en una temporalidad mucho más limitada de esta última.

La principal similitud que podemos encontrar es que el detonante de ambas, fue un virus. En el caso de la primera (2.008) se puede identificar como un virus financiero ya que todo el sistema bancario a nivel mundial quedó colapsado por la compra masiva de bonos subprime calificados con la nota de triple A, es decir, infectados. El momento en el que la burbuja estalló (la infección se hizo visible), el acceso al crédito fue reducido a mínimos históricos, debido a que las entidades financieras no conocían hasta qué niveles estaban expuestos a dicho “virus”, y los primeros bonos que se vendieron efectivamente tenían una acertada calificación prime.

Todo aquello produjo que las empresas no pudieran continuar con su actividad normal por falta de acceso a la financiación, se incrementasen los niveles de paro a cifras casi sin precedentes y se redujera el consumo a mínimos debido al miedo colectivo, lo que volvió a elevar los niveles de paro debido a que el tejido empresarial no tenía demanda suficiente para poder mantener a todos sus empleados en plantilla.

En los años posteriores se implantaron dentro del sistema financiero internacional, una serie de cambios muy necesarios que, entre otras cosas, exigían a los bancos cumplir con unas reservas y ratios de liquidez mínimos que garantizarían la solvencia de los mismos en futuras crisis.

La conclusión que pudimos sacar de aquellos años tan complicados es que siempre ha de garantizarse el acceso al crédito, ya que las empresas son el pulmón de la economía a todos los niveles.

Por tanto, a raíz de la introducción que acabamos de plantear, se pueden sacar dos claras y positivas conclusiones:

  • El acceso a la financiación está garantizado por el momento. Claramente si tu empresa ya tenía problemas antes cualquier crisis o ciclo económico recesivo, la obtención de financiación revestirá más complicaciones, y sería muy recomendable buscar el asesoramiento de expertos que analicen todas las opciones y vías posibles para acceder de la misma.
  • En el caso de la situación por la pandemia de Covid19, se trata de una crisis coyuntural y limitada en el tiempo en comparación con la sufrida en 2.008, al depender únicamente de una vacuna.

Factores a tener en cuenta a la hora de solicitar financiación bancaria

1º Analizar si realmente necesitamos la financiación

Parece obvio, pero en realidad no lo es tanto. En muchas ocasiones nos hemos encontrado con negocios solventes que cometen el error de descapitalizarse en momentos de crisis o recesión, utilizando fondos propios y reservas sin saber a ciencia cierta la duración y el impacto que dicha crisis tendrá sobre sus cuentas de resultados. Hacer uso de estas reservas de capital, se puede complicar más adelante la obtención de la financiación, o elevar sustancialmente los precios en el momento de solicitarla.

2º Cuánto necesitaremos

Es una cuestión complicada de responder ya que, si nos excedemos, pagaremos unos sobrecostes innecesarios en forma de tipos de interés y comisiones de amortización anticipada o desistimiento. Sin embargo, en el caso de quedarse cortos, la obtención a posteriori, puede complicarse.

Factores que tienen en cuenta las entidades bancarias

Existe un punto de inflexión en el cual las entidades de crédito cortan el flujo de la financiación a una empresa, interviniendo como principales factores los siguientes:

  • Un elevado nivel de apalancamiento en el momento de financiar una inversión o incluso la actividad diaria de la compañía. Se produce apalancamiento financiero cuando la empresa destina un excesivo porcentaje de recursos ajenos (por ejemplo, deuda o financiación externa) en sus inversiones, habiendo una relación directa entre los fondos propios aportados y los que finalmente se aportan en total. Dicha aportación de fondos en cualquier operación de crédito, es tenida muy en cuenta por los departamentos de riesgos de cualquier banco.
  • Disponer de una baja calidad de las garantías. Actualmente, las entidades financieras valoran muy positivamente la calidad de las garantías cuando se solicita cualquier operación de préstamo. Lógicamente tanto si la empresa, como los socios disponen de activos e inmovilizado material libre de cargas (locales, naves industriales o viviendas), el acceso a la financiación será mucho más sencillo e incluso se podrán negociar, en función de cada caso, condiciones ventajosas. A esto se le llama fincabilidad.
  • Tener un elevado nivel de concentración de clientes. Otro factor que tienen en cuenta los analistas de riesgos es que los ingresos por ventas de la compañía se hallen diversificados, identificando como algo negativo que nuestra cuenta de resultados se sustente de una cantidad limitada de clientes. Estiman que es mejor los “muchos pocos” que los “pocos muchos”.

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